ORGANIZACIONES DE LOS 5 CONTINENTES INTERCAMBIAN REFLEXIONES Y RESPUESTAS QUE LA AGRICULTURA FAMILIAR PUEDE DAR A LOS RETOS ACTUALES

Los retos climáticos, energéticos y alimentarios globales intensifican los desafíos a los que se enfrentan los agricultores y agricultoras familiares cada día.

18 de octubre 2022.- Representantes de organizaciones de agricultura familiar de los 5 continentes se reunieron en Derio (Bizkaia) para intercambiar sobre las “Respuestas de la agricultura familiar a los retos climáticos, energéticos y alimentarios actuales”. El encuentro, celebrado el pasado 6 de octubre, fue organizado por el Foro Rural Mundial con el apoyo de la Diputación Foral de Bizkaia.

El encuentro ofreció un espacio para el diálogo entre líderes y lideresas de la agricultura sobre las respuestas necesarias para hacer frente a los retos actuales de los sistemas alimentarios y de la agricultura familiar y una reflexión sobre las oportunidades que han de ser aprovechadas en un contexto de creciente atención hacia la agricultura familiar y que viene desarrollándose en el Decenio de las Naciones Unidas para la Agricultura Familiar 2019-2028.

Martín Uriarte, presidente del Foro Rural Mundial abrió la sesión junto a Arantza Atutxa, Directora General de Agricultura de la Diputación Foral de Bizkaia quien declaró que “la Agricultura Familiar es la fórmula más flexible y sostenible para hacer frente a crisis actuales«.

A través del fortalecimiento de la agricultura familiar y de la alianza entre los diversos actores se puede avanzar simultáneamente en las agendas social, económica y ambiental”. Martin Uriarte, FRM

En el encuentro, a través de los testimonio de líderes y lideresas de la agricultura familiar, se reconoció que las diversas crisis -superpuestas e interrelacionadas- a las que se enfrentan, inciden directamente en la rentabilidad y sostenibilidad de la agricultura familiar. Estas crisis se refieren, como no, a la crisis climática global -con gran impacto en las producciones desde el Pacífico hasta Europa-, la crisis económica derivada de la pandemia de la COVID-19 o de la guerra en Ucrania. Estas crisis globales interactúan con las condiciones sociales, económicas y ambientales propias de cada región.

Representantes de PIFON (Red de Organizaciones de Agricultores y Agricultoras de las Islas del Pacífico), PROPAC (Organizaciones de agricultores y agricultoras de África Central, UPA (Unión de Pequeños Agricultores de España), UAGA (Unión de Agricultores y Ganaderos de Álava) y ENBA Gipuzkoa (Unión de Agricultores y Agricultoras del País Vasco) coincidieron en resaltar la resiliencia de la agricultura familiar ante las crisis actuales, pero también la necesidad de establecer políticas públicas y medidas que apoyen a los agricultores y agricultoras familiares para afrontarlas.

El intercambio constató además que, aunque estas crisis están afectando a todos los agricultores y agricultoras familiares a diferente escala, repercuten con mayor incidencia en las mujeres, siendo estas el pilar fundamental de la seguridad alimentaria y de las economías rurales.

En este sentido, representantes de REFACOF (Red de Mujeres Africanas para la Gestión comunitarias de los Bosques), AFA (Asociación de Agricultores y Agricultoras de Asia), PDRR (Programa de Diálogo Rural Regional para Centroamérica y República Dominicana) y ENBA Bizkaia participaron reafirmando que el rol de las mujeres en la agricultura familiar es especialmente relevante para la seguridad alimentaria y fortalecer su enorme potencial es clave para enfrentar los impactos de las crisis.

Sin embargo, a pesar de ser quienes más sufren las consecuencias de estas crisis, se puso en relieve que la agricultura familiar es la piedra angular del desarrollo y un “bien público mundial que debe ser fortalecido” (en palabras de Gabriel Ferrero, Presidente del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial).

El encuentro destacó, por tanto, el papel clave de la agricultura familiar, a nivel local y global, en la transformación de los sistemas agroalimentarios para hacerlos más sostenibles, inclusivos, resilientes y viables, y la necesidad de apoyar a los agricultores y agricultoras familiares asegurando su sostenibilidad económica y contado con políticas públicas y medidas que los apoyen frente a situaciones de crisis.

Es necesario reflexionar sobre las intervenciones específicas que se han de diseñar para mitigar sus impactos. No sólo eso, sino que además  resulta fundamental en este momento fortalecer la resiliencia y el desarrollo de los agricultores familiares posicionándolos en la transformación y adaptación de los sistemas agroalimentarios.