La Declaración de Abidjan, en el Día Mundial de la Pesca 2012, reconoce la labor de las mujeres transformadoras y vendedoras de pescado, e insta a los gobiernos africanos a implicarlas en la toma de decisiones.
ABIDJAN (Costa de Marfil). “Sin ellas no existiría la pesca artesanal”. Estas palabras pronunciadas por Gaoussou Gueyé, secretario general de la Confederación Africana de Organizaciones de la Pesca Artesanal – Caopa, en un multitudinario acto reivindicativo celebrado recientemente en Abidjan, resumen el espíritu de reconocimiento hacia las transformadoras y vendedoras de pescado africanas que ha reinado en la reciente conferencia sobre La mejora de la contribución de la pesca artesanal a la seguridad alimentaria: el rol de las mujeres celebrado en el país costamarfileño.
Un total de 60 mujeres de quince países participaron en el encuentro organizado por la Caopa, celebrado en Grand-Bassam entre los días 18 y 22 de noviembre de 2012 con la colaboración de la Federación Nacional de Cooperativas de Pesca de Costa de Marfil – Fenacopeci. Los talleres organizados durante este evento sirvieron para analizar los problemas con los que se encuentran las mujeres que trabajan en la transformación y la venta de pescado, una actividad casi exclusivamente femenina en África. El Foro Rural Mundial participó en este evento junto con otras organizaciones locales, regionales e internacionales.
Pese al protagonismo de las mujeres en este sector, su papel no es suficientemente reconocido y deben afrontar muchos problemas en su quehacer diario. Muchas veces expulsadas de los lugares donde realizan su labor de compra-venta, con dificultades para acceder a los productos de mayor calidad, y la responsabilidad añadida de cuidar de sus familias… el trabajo se convierte en un espacio de lucha constante por sus derechos.
Marie-Noëlle Koyara, representante de la FAO en Costa de Marfil, subrayó durante su intervención en la conferencia que “las mujeres suelen verse excluidas de los mercados más rentables y de los puestos altamente remunerados en las fábricas de transformación” de pescado, pese a constituir “la mayoría de los trabajadores” en las fases posteriores a la pesca, como la transformación y la comercialización del producto.
“Las mujeres son más vulnerables a la mala calidad de los servicios y las bajadas de precio del pescado”, añadió.
Conscientes de esta indefensión, las participantes en el encuentro de Grand Bassam suscribieron la Declaración de Abidjan, con motivo de la Jornada Mundial de la Pesca celebrado el 21 de noviembre de 2012. En un multitudinario evento reivindicativo que tuvo lugar en el Palacio de la Cultura de Abidjan, la vicepresidenta de la Fenacopeci y representante de las mujeres de la Caopa, Micheline Dion, instó a los gobiernos competentes a que “impliquen a las mujeres en la toma de decisiones” y que financien la actividad de las transformadoras y vendedoras “en condiciones de equidad”. Además, entre otras reivindicaciones, solicitó a las administraciones la creación de infraestructuras adecuadas para su trabajo y la facilitación de la libre circulación de pescado entre los estados.